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(JIM HUMBLE) |
Hace unos dos años comenzó a circular ampliamente por internet la última panacea de la medicina alternativa: El MMS o Suplemento Mineral Milagroso, o también Master Mineral Solution Solo se podía comprar en la red. No hay licencias ni permisos comerciales para venderlo en las tiendas o farmacias. Incluso su descubridor, Jim Humble escribió un par de libros en los que explicaba como se podía fabricar en casa. El nombre asusta a cualquier persona seria y saber que funciona a base de un derivado del cloro asusta todavía más. Pero sus defensores afirman que puede curar la malaria en pocas horas, y que también se puede utilizar para cualquier otra enfermedad, desde la Gripe A y el SIDA o el cáncer, pasando por el resto de las miles de dolencias que podemos padecer. Y además sin efectos secundarios. Algunos investigadores calculan que el MMS podría sustituir a más de 4.000 medicamentos farmacéuticos. Desde mediados de mayo del 2010 ha sido prohibida la venta y difusión del MMS en varios países del mundo incluida España.
El MMS consta de dos componentes muy abundantes y baratos -Clorito Sódico (NaClO2) y un ácido débil (ácido cítrico, vinagre, limón…) – que cuando se juntan producen un gas llamado Dióxido de Cloro (CLO2); para finalmente, después del proceso purificador, convertirse en agua (H2O) y sal común (Cloruro Sódico). Este gas (CLO2) es el que genera el potente efecto desinfectante interior, que mata a todos los agentes patógenos anaeróbicos que se encuentran en el cuerpo; pero discriminando las células y bacterias sanas que tenemos.
Nuestro organismo en estado sano tiene un PH general neutro de 7 a 7,5. Cuando estamos enfermos graves, nuestro PH puede bajar de 7. Es en ese medio ácido que proliferan todos los patógenos y sustancias tóxicas que nos enferman. Según sus defensores, el Dióxido de Cloro es selectivo en su inmenso poder destructor: solo acaba con los microorganismos por debajo de un PH de 7. De esta manera se preservan nuestras células sanas, el sistema inmunológico se potencia y finalmente la mayoría de las enfermedades de origen bacterial, parasitario o vírico desaparecen, según dicen sus defensores.
Pero cuando hablamos del cloro a todos nos viene a la cabeza la lejía (hipoclorito sódico -NaOCl * 5 H2O) o la sosa cáustica (hidróxido de sodio - NaOH), que son muy familiares en todos los hogares pero altamente tóxicos si se ingieren. Conviene aclarar que el MMS se parece tanto a la lejía como esta a la sal marina. El Clorito Sódico no es tóxico en su ingestión siempre que se lleve a cabo guiada por un terapeuta o al menos siguiendo los protocolos que Jim Humble y sus colaboradores han desarrollado. Son decenas de miles los testimonios de curaciones o mejoras en la calidad de vida de enfermedades que hasta entonces se consideraban crónicas o incurables.